Entre el largo viaje y la catarata pidiendo salir de mis
ojos, llene la bañera de agua celeste.
Se perdieron los colores al desnudarme.
Al llegar solo vi negro, o solo pude ver oscuro.
El bordo de un vino me esperaba sobre la mesa
El verde de las flores latía en la lata donde viven.
Respiraba libertad violeta y un poco de azul sobre las
noches húmedas.
Al hundirme en la fuente de agua celeste, me detuve en
mis pechos.
Fueron luces las que vi, en donde me perdí varios minutos.
Tuve cuatro impulsos manejados por mis piernas y el
contorno de mis hombros,
Pero sólo me deje llevar por la copa bordo que esperaba
mi tacto.
Una melodía sonaba lentamente, casi no la recuerdo.
Creo haber olvidado todo, o por lo menos el negro
inicial.
Mis caderas, apuntaban a la luz.
Mis ojos, al mar artificial producto de mi cuerpo.
Mis miedos, se hundieron y pude saludarlos de lejos.
Una bocina o el timbre gritaron, pude incorporarme.
Reconocí mi lugar, era mi sitio.
Bienvenida.