Un llamado en forma humana se nos presenta en una simple y delgada silueta, una mezcla de tintas, nos confunde, nos ciega, nos nubla.
No miramos, vemos, compramos. No nos detenemos, corremos. Esa es la parte donde no quiero ser humana, quiero ser viento.
Quiero creer en lo simple, dejando en la esquina lo complejo.
Buscamos el sol, hablamos con la luna mientras suena esa canción.
Basta de creer en un origen y en un fin. Vivamos en el devenir, en el movimiento, en el parpadeo, en el amanecer constante.
En tus cuerdas, en mis manos sobre ellas.
Somos elementos.
Hoy, entre tantas letras y opiniones, nos preguntamos sobre el origen, creemos respetarnos mientras caminamos no mirando hacia abajo.